miércoles, 8 de febrero de 2012

El Hospitad de Maternidad de Lincoln

Hoy tuvimos la primera reunión de mi Akonga, o "pequeño grupo". Aparte de discutir acerca de nuestra primera semana, firmar nuestro acuerdo de confidencialidad, presentar nuestro certificado de pertenencia al Colegio oficial de Comadronas de Nueva Zelanda (NZCOM), nuestra prueba negative de MRSA y otros papeleos varios, nuestra tutora Nati nos ha llevado a visitar el Hospital de Maternidad de Lincoln. La traducción es literal del inglés, aunque yo personalmente pondría "Hospital" entre comillas. Una manera más apropiada de llamarlo sería "casa de partos".

En Nueva Zelanda, las clínicas de atención al paciente se dividen en tres tipos: de atención primaria (pequeñas clínicas comunitarias con médicos y enfermeras, parecidos a los centros de salud en España), de atención secundaria (hospitales de mediano tamaño, como los que hay en Timaru o Rotorúa) y de atención terciaria (los cinco grandes hospitales de Nueva Zelanda: Auckland, Hamilton, Wellington, Christchurch y Dunedin). La atención materno-infantil está principalmente concentrada en atención primaria, ya que la enorme mayoría de mujeres eligen una comadrona como su único proveedor de salud, y dan a luz en una de estas "casas de partos" (consideradas de atención primaria), y no en el hospital. También tenemos una tasa de partos en casa muy alta, de en torno al 10%.

Lincoln Maternity "Hospital"

La casa de Partos de Lincoln - un suburbio a unos 30 minutos al Sur de Christchurch - parece, a primera vista, una casa neozelandesa normalita, aunque de tamaño bastante grande. Está construida en madera, con paredes de color blanco, tejado de hierro corrugado y rodeada de jardines. Las comadronas y las clientas (aquí no se las llama "pacientes", ya que se asume que el embarazo es algo natural, y no una enfermedad) tienen un huerto en donde cultivar sus verduras, que se utilizan para preparar las comidas. Nada más entrar, ya nos estaba esperando la jefa de comadronas, con una enorme sonrisa. La casa de partos tiene dos salas para dar a luz, decoradas con muebles que bien podrían encontrarse en casa de nuestras abuelas. El principal motivo es que los muebles son, en su mayoría, donaciones de la comunidad, para hacer la casa de partos más acogedora y darle un aspecto de "hogar", y no de hospital. El esfuerzo merece la pena, ya que aparte de algunos instrumentos de resucitación del bebé en caso de emergencia, la sala podría pasar por una habitación de hotel o un Bed&Breakfast. La parturienta puede elegir el método que prefiera para dar a luz (en la cama, en cuclillas o en la bañera), y al terminar el proceso se la traslada a una de las 8 habitaciones distrubuidas a lo alrgo del edificio, cada una con su sala de estar para familiares. Dos nuevas mamás estaban en las habitaciones, una de ellas aprendiendo a dar de mamar, y la otra disfrutando de su bebé con su pareja y sus otras dos hijas. Aparte de las habitaciones, la casa de partos cuenta también con una cocina completa, una salita de estar con sofás, revistas, libros y DVDs, una lavandería y la posibilidad de utilizar los amplios jardines cuando a las "inquilinas" les apetezca. Cuando llegamos nosotras el lugar estaba de lo más tranquilo, aunque estoy segura de que no es siempre así.

La semana que viene nos llevarán a visitar el Hospital de Maternidad de Christchurch, ese sí que es uno de los grandes. Con la orientación de pacotilla que tengo yo, espero no perderme... Me pregunto en cuál de estos hospitales me tocará hacer las "ubicaciones" de este año.

Ayer tuvimos la primera clase "online", de Fundamentos de Biociencia. Al ser la primera, perdimos una media hora arreglando problemas con los altavoces, explicando cómo usar el Adobe Connect, y hablando de chorradillas por la ventana del chat. Pero he de decir que estoy bastante impresioanda con la calidad del sonido y la interactividad del programita de marras. El profe hablaba por su micrófono, nos daba la palabra si levantábamos la mano (por medio de un icono, entiéndase) para hacer una pregunta, y nos enseñaba diapositivas del PowerPoint. De vez en cuando, cuando necesitaba ser algo más gráfico o explicar un concepto, aparecía la "pizarra blanca" en pantalla, y se ponía a dibujar sus diagramas. Las sesiones quedan grabadas, y podemos acceder a ellas para repasar los conceptos cuando queramos.

Dios mío, qué vieja me siento... en la carrera de Biología todavía teníamos pizarras de las de tiza.

¿Están evolucionando las carreras de la misma manera en España? ¿O siguen igual (ir a clase - tomar apuntes - estudiar para el examen)?

domingo, 5 de febrero de 2012

Una semana inolvidable



La primera semana del curso ha pasado, y todavía no me puedo creer lo intensa y emocionante que ha sido. ¡Ahora entiendo por qué la llaman "intensive"! Tras los dos primeros días, ya me sentía como si fuera viernes. No he tenido ni un segundo libre en toda la semana... estoy agotada, y sin embargo me encuentro feliz. Después de tantos meses de continuas frustraciones por la falta de trabajo en el laboratorio, después de pasarme horas y horas al día buscando qué hacer, de repente me encuentro con que todas las horas del día están ocupadas, que vuelvo a emprender algo con ilusión. Estoy feliz :)

La semana de intensivos ha superado todas mis expectativas. El primer día conocí a mis 37 compañeras de estudios: 24 de Christchurch, y el resto de la zona Norte de la Isla Sur: TimaruWest Coast, Nelson y Blenheim... Debo confesar que estaba algo preocupada ante una clase únicamente femenina (no, parece que este año tampoco se ha presentado ningún estudiante para "comadrón"... ¿o sería un "copadrón"?). Yo siempre me he llevado mejor con los hombres que con las mujeres, y pensar en tanta mujer junta me intimidaba un poco. Me imaginaba los típicos grupitos de mujeres criticándose unas a otras, especialmente después de leer algunas historias acerca de la rivalidad entre enfermeras y comadronas en países como Inglaterra e Irlanda. También me preocupaba que me juzgasen por meterme a comadrona sin siquiera tener mis propios hijos. Sin embargo, y aunque aún es pronto para formarse una idea objetiva, mis nuevas compañeras son un grupo abierto, amistoso, simpático... Durante los 5 días que hemos compartido, no tengo más que palabras de cariño y admiración por la mayoría de ellas.

Los primeros tres días de la semana los pasamos en el campus de la CPIT, conociendo a nuestras profesoras, recibiendo los resúmenes de las asignaturas (tenemos 9), e intentando asimilar todo lo que se espera de nosotras en el primer año. Aparte de 7 semanas intensivas repartidas a lo largo del año, tenemos también 2 clases virtuales semanales (a través del programa Adobe Connect), de dos horas cada una, que se utilizarán para explicar y aclarar dudas de los dos módulos (también online) que debemos estudiar cada semana. Aparte de eso, tenemos una reunión de 4 horas los miércoles por la mañana con nuestro "Akona" (que significa "grupo" en maorí). Los Akona son pequeños grupos de 6 ó 7 estudiantes, a los que se asigna un tutor ("Kaiaako"), y que se reúnen para comentar los avances del curso durante la última semana, y para hacer ejercicios relacionados con las diferentes materias. También tenemos 4 semanas al año de "placements" ("ubicaciones") durante las cuales se nos asignará a un hospital y un centro comunitario para trabajar conjuntamente con comadronas. Aparte de eso, durante el curso se nos asignarán como mínimo 4 mujeres embarazadas a las que tenemos que "seguir" durante su embarazo, parto y postparto, convirtiéndonos en "observadoras" y llevando un diario de lo que vemos, lo que sentimos, lo que siente y piensa la mujer, etc. Eso aparte de los trabajos, exposiciones y exámenes que tendremos a lo largo del año.


La marae de Tutewhuawera, en Port Levy

El jueves y viernes nos desplazamos todas a una marae. En un principio iba a ser la de Little River, como os comenté en el artículo anterior; sin embargo, en el último momento se decidió cambiarla a Tutehuawera Marae, en Port Levy, un remoto y diminuto pueblecito al Norte de la Península de Banks, situado a la orilla de una amplia bahía; en resumen, un lugar espectacular, silencioso, en donde sólo se escuchaban los trinos de los pájaros. Tras un recibimiento maorí con cánticos y discursos, continuamos con las clases dentro del hermoso edificio de la marae. Esos días nos concentramos en describir nuestras propias experiencias de embarazos y partos, cómo difieren en otros países y otras culturas, lo que se espera de nosotras como futuras comadronas... Todo ello entre muchas bromas, risas, conversaciones, lágrimas - algunas de las historias que se contaron incluían aspectos tales como abortos e infertilidad - y muchas emociones. Debo admitir que esta reunión en la marae me ha puesto muy en contacto con mi lado femenino, que siempre he tenido bastante abandonado.

Y después de la emoción de la primera semana, aquí estoy, recuperándome un poco. Ayer dormí más de 10 horas, y me alegro de que este fin de semana sea largo (el lunes es el Día de Waitangi, en el que se conmemora la firma del tratado homónimo entre los maorís y la corona de Inglaterra)... me servirá para asimilar toda la información y prepararme para el comienzo de mi vida de estudiante. De momento ya empiezo el martes con una clase virtual de 10 a 12 de "Curso Preparatorio de Biociencia" ("Bioscience Foundations"). Tengo la ventaja de mi formación en biología, con lo que no creo que sea demasiado difícil, pero tampoco quiero confiarme. El miércoles tengo la primera reunión con mi Akona, durante la cual nos van a llevar a conocer los servicios de Maternidad del hospital de Lincoln, a unos 40 minutos de Christchurch. Y el jueves, otra clase virtual de la asignatura "Compartiendo la Experiencia de la Mujer" ("Sharing the Woman's Experience"). Por el medio, mucho que leer y que planear.

...Y, ¿qué me falta? Creo que os iba a contar algo más...

¡Ah, ya me acuerdo!




Él y yo nos casamos :)