domingo, 22 de abril de 2012

Una semana en Maternidad


Esta semana pasada me he levantado todos los días a las 5 de la mañana, y aunque la jornada laboral es bastante normalita (de 6:30 am a 3 pm), ha sido una de las más agotadoras que recuerdo. Porque esta ha sido mi primera semana de estancia en el Hospital de Maternidad de Christchurch.

Cada día nos asignan a una matrona que será nuestra instructora ("buddy midwife"). Esa pobre mujer tiene que aguantar a una estudiante de primer curso, con tan solo 3 meses de carrera, y tratar de enseñarle todo lo que pueda, mientras al mismo tiempo lleva a cabo su trabajo, que ya de por sí es agotador. Las prácticas son en la planta de cuidados post-natales, con lo cual no vemos ningún nacimiento, pero sí cantidad de bebés recién nacidos (unos cuantos prematuros), y mujeres que han sufrido alguna complicación antes, durante o tras el parto: mujeres con pre-eclampsia (tensión alta a causa del embarazo), cesáreas, hemorragias, complicaciones con el bebé... Al principio, casi todo lo que haces es observar, escuchar y aprender. Tan pronto en nuestra carrera, no hay mucho más que podamos hacer: tomar la tensión, el pulso, temperatura y respiración, y poco más. Pero es alucinante lo rápido que se aprende, y la cantidad de cosas en las que se puede ser útil casi desde el principio. Y también la cantidad de meteduras de pata que se tiene la oportunidad de experimentar.

Entre otras muchas cosas, esta semana he aprendido que:

- Las mangas del aparato para medir la tensión tienen escrito "este lado hacia el paciente" por un motivo.

- La tensión no puede ser 50/0. Repite la medida.

- El "botoncito" en la parte de atrás del termómetro eléctrico hace que el tubito de plástico de un solo uso salga disparado a unos 4 metros de distancia si no lo estabas sujetando. Aunque la paciente y la matrona hagan como que no lo han visto... lo han visto.

- Las pacientes no piden la bebida "Kiwi Crush" a todas horas porque les encante el sabor. La piden porque es un laxante. Por eso te miran con cara de asesinas cuando les comentas lo buena que debe de estar.

 - Se puede pecar de exceso de entusiasmo. Cuendo la matrona te pide que le acerques una silla de ruedas, antes de salir espendolada de la habitación, correr por todo el pasillo, darte cuenta de que has ido en dirección contraria, correr de vuelta, llegar hasta los ascensores, molestar a tres matronas, dos enfermeras y un bedel preguntándoles dónde están las sillas de ruedas, encontrarlas, volver corriendo, enganchar una de las ruedas en la puerta de la planta, pasarte la habitación, volver a ella, y entrar triunfalmente... asegúrate de que no había una silla de ruedas detrás de la cortina, que era la que te estaban pidiendo.


- Cuando escribes tu primer informe en el historial médico de la paciente y te toca deletrear un palabro complicado, pregunta antes... así evitarás que tu primer registro firmado con tu nombre y apellidos tenga faltas de ortografía ("anaesthetist"... joer, si es que no me podía tocar una palabra facilita, no...).

- Cuando le hagas una palpación abdominal a una paciente embarazada, ten cuidado de no hacerle cosquillas. Eso sí, en casos de fetos muy pequeños y en posiciones poco comunes (como cuando están en la parte posterion del abdomen), esto puede ser muy útil, ya que cada vez que la paciente se ríe, se puede palpar el feto perfectamente. La próxima vez, llévate una lista de chistes malos para tratar de conseguir el mismo efecto.

- Las mujeres chinas, por tradición, no se lavan durante varias semanas después del parto. Los exámenes vaginales pueden requerir pinza para la nariz y preparacion psicológica previa.

- Los bebés de sexo masculino tienen la tendencia a mearte encima cuando les cambias el pañal.

- El meconio (las primeras cacas del bebé) tiene un aspecto espantoso... ¡pero no huele!

- La situación descrita en el punto anterior cambia en seguida, en cuanto el bebé empieza a mamar.

- La culpa de que una de las mesitas con cajones al lado de la cama de la paciente tenga una rueda mal y tienda a volcarse no es tuya. Pero el segundo cabezazo contra la estantería al tratar de estabilizarla, sí que podrías haberlo evitado. Al menos hiciste reír a la paciente.

Por suerte, las dos matronas que me tocaron como "buddys" durante la semana son extraordinarias, increíblemente pacientes, y no sé cómo se las arreglan para no mandarnos a las estudiantes a freír monas, teniendo en cuenta la cantidad de veces que las hacemos perder tiempo con nuestras preguntas y las veces que nos perdemos en la planta. Menos mal que la planta en cuestión es circular, con lo cual si te saltas el sitio a donde ibas, siempre puedes seguir dando vueltas hasta que lo encuentres (nota: después de la segunda vuelta, es buena idea preguntar a alguien para no parecer gilipollas).

Torpezas aparte, no recuerdo ninguna semana en la que haya aprendido tantas cosas como en esta. Lo cual me ha venido fenomenal, porque en cualquier momento estoy esperando una llamada de Susana... que salió de cuentas el miércoles, y ayer empezó a sentir las primeras contracciones. Teniendo en cuenta que es madre primeriza y que la cabeza del bebé aún no está colocada en la pelvis, puede ocurrir ahora mismo, mañana o la semana que viene... pero yo no me separo del teléfono. Porque pronto asistiré a mi primer parto :)


5 comentarios:

  1. Alguien me dijo hace tiempo que los problemas de orientación eran hereditarios y tu post me lo confirma. Te imagino con cara de ¿dónde estoy y adónde voy? por los interminables pasillos del hospital. Mucho ánimo en tu primer parto.
    Besinos

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  2. Uau, how much one can learn in 1 week!
    Marisa

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  3. :-) No hay duda de que aprendiste mucho esta semana, además estoy segura que no lo olvidarás y la próxima semana no habrá silla de ruedas, termómetro, aparato de tensión o cambo de pañales que se te resista. Y cuando Susana de a luz ya serás toda una experta.

    Un fuerte abrazo y mucha suerte.

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  4. Oye, ¿y por qué las mangas del aparato para medir la tensión tienen escrito "este lado hacia el paciente"?

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  5. A ver, pongámonos seríos, ¿esto es el camarote de los hermanos Marx o una maternidad?... De veras, leyendo esto no sabría si decir que eres Groucho, Harpo, Chico o su prima ibérica... Da para una peli de ellos y algo más... Desde el meconio (algunos padres han llegado a pensar que su hijo no es que venga con un pan debajo del brazo, si no con petróleo en las venas) hasta el maratón circular... naturalmente, en silla de ruedas y con mesillas sobre la cabeza a modo de obstáculos...
    Por cierto, lo divertido es ponerle el tensiometro a alguien que está inconsciente tras bebe mucho: te mira con una cara de terror y te grita a la cara que le estás reventando el brazo (esto es verídico, fiestas de ciudad, individuo tirado en el suelo inconsciente, hasta que lo subes en la camilla y le tomas la tensión... ni lázaro ni los zombies de romero, oiga, revive pero bien revivido, doy fe)... no quiero ni pensar en como será si el caso es una futura mamá narcotizada...

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